16 de agosto de 2015

Crea contraseñas seguras

Las contraseñas ofrecen la primera línea de defensa contra el acceso no autorizado al equipo y a nuestras cuentas. Cuanto más segura sea la contraseña, más protegido estará el equipo contra personas y software malintencionado. Por ello, debemos tener contraseñas seguras para todas las cuentas del equipo. Estos son algunos consejos para crear una contraseña segura:

Elige una contraseña larga. Ocho caracteres como mínimo. Cuantos menos caracteres conforme una clave, más fácil es romperla para un pirata informático, puesto que el número de combinaciones posibles son menos. Las combinaciones menores de ocho dígitos se consideran "débiles", que pueden identificarse con programas generadores de combinaciones aleatorias. Unos 15 caracteres está bien.

Crea una contraseña exclusiva que no esté relacionada con tu información personal. No utilices información personal, ni el nombre de usuario, ni el nombre real, ni el nombre de la empresa, ni palabras que estén en un diccionario, ni palabras comunes como "contraseña", ni patrones de teclado como "qwerty" o "qazwsx", ni patrones secuenciales como "abcd1234", etc.  Tampoco uses relaciones personales, ni fechas significativas, ni números de teléfonos, ni nombres de mascotas, etc. Si lo haces, tu contraseña será más fácil de averiguar.

Utiliza una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos del teclado. Nunca utilices solo números, ni tampoco solo letras ni palabras, porque en ese caso más fácil será descubrir o adivinar la contraseña. Opta siempre por combinaciones alfanuméricas; conseguirás que sea más difícil averiguarla. Mezclar letras y números es la solución segura porque se juntan dos sistemas de clasificación, pero la presencia de símbolos del teclado hace que sea mucho más difícil descubrir las contraseñas para piratas informáticos y robots.

No utilices la misma contraseña para todo. Parece una obviedad, pero es lo que hace la mayoría. Utiliza una contraseña distinta para cada una de tus cuentas, como la de correo electrónico y la del servicio online del banco. Reutilizar contraseñas conlleva un riesgo. Si alguien averigua tu contraseña para una cuenta, podría acceder a tu correo electrónico, a tu dinero, saber dónde vives...

Cambia regularmente la contraseña. No hace falta que la cambies cada semana, pues así acabarás olvidándola o perdiéndola. Cada cuatro o cinco meses es un período aceptable. 

Mantén tus contraseñas a salvo. No dejes notas con tus contraseñas en tu ordenador ni en tu escritorio. Las personas que pasen por allí podrían robar esa información y utilizarla para poner en peligro tu cuenta. Un lugar seguro puede ser en cierta página de un libro (en casa) o en una carpeta alejada del ordenador (en el trabajo). Si decides guardar tus contraseñas en un archivo informático, ponle un nombre poco sospechoso para que los usuarios no sepan lo que contiene. No uses un nombre como, por ejemplo, "mis contraseñas". No le des a nadie la contraseña, ni teclees la contraseña en lugares como cibercafés ya que pueden tener keyloggers instalados y saber las teclas que has pulsado.

Lo mejor son las claves aleatorias. Si se puede usar un programa generador de claves aleatorias, se estará mucho mejor protegido. La página ClaveSegura ofrece de manera gratuita uno en el que se puede escoger tanto la longitud de la contraseña como la cantidad de caracteres alfanuméricos. Otros servicios como The Password Meter miden el nivel de seguridad de las contraseñas que se confeccionan.

 Mi primera infografía con Easel.ly


Hay que ser conscientes de que, de modo automático, siempre se buscan combinaciones fáciles de recordar y relacionadas con personas y fechas importantes. Por lo tanto, después de escribir la contraseña es importante revisar que no contenga pistas personales.

Fuentes:

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